La palabra genomía normalmente se aplica al estudio de los genomas de organismos generalmente con fines asociados a la modificación genética. Con el trascurso del tiempo, en no más de 10 años, la elucidación del genoma de numerosos seres vivos permitió conocer más de 60 millones de genes que hoy sirven de sostén a una nueva matriz económica encaminada a resolver la problemática planteada por la escasez de recursos naturales y la necesidad de políticas económicas sustentables.
Por lo expuesto y en virtud de que la palabra genomía puede originarse con la palabra gen y mediante aféresis utilizar el nomía final de palabra bioeconomía, tal vez corresponda asociarla más que con fines de modificación genética, con la utilidad de los genes para la nueva economía mundial centrada en la biofábrica y la bioempresa.
A la luz de lo expuesto, hoy la bioeconomía de Nicholas Georgescu Roegen puede redefinirse como una economía basada en la biotecnología que usa materias primas renovables y su acervo de 60 millones de genes, para dar respuestas a necesidades socioeconómicas tales como la demanda de energía, alimentos, salud y cuidado del medio ambiente, generando a su vez trabajo e ingresos en forma sustentable.
La genomía concebida como el aporte de millones de genes a la bioeconomía tal vez se constituya en una herramienta central para diseñar un futuro posible.
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